Muchas personas tienden a confundir la hidroterapia con la natación; si bien es cierto, el bebé entra en contacto directo con el agua, a diferencia que la temperatura también está entre 30 y 34 grados, y no se trata de clases para que aprenda a nadar.
Esta actividad más bien consiste en ayudar al bebé a desenvolverse en un entorno acuático que a la larga traerá bienestar a su cuerpo.
Existen muchas razones para estimular a los niñ@s en el medio acuático. Entre éstas se encuentran el sin número de beneficios que provee el agua como un ambiente diferente donde puede experimentar reacciones, sensaciones y emociones nuevas.
Favorece el desarrollo global e integral, mejora la percepción de sí mism@, facilita el reconocimiento de su esquema corporal, eñ desarrollo del lenguaje, le permite tener mayor confianza y aumentar las posibilidades de respuesta motriz, sensorial, y expresión corporal; favorece la autoestima, la socialización, influye sobre la postura y el control motor, aumenta la fuerza muscular, la resistencia y la flexibilidad, mejora la coordinación y el equilibrio.
El enfoque debe ser siempre integral, con el fin de abarcar todas las áreas del desarrollo y así lograr objetivos de una manera más efectiva y placentera para los peques, las sesiones van acompañadas de música acuática para fomentar más la relajación, lo mejor sus caritas de felicidad☺✨
